Naturaleza Gente Cultura El Enjaulado Un día en una jaula del Zoológico Nacional Por Hernán Miranda Casanova Un soleado domingo de marzo de 1984, los visitantes del Zoológico de Santiago se encontraron con un hecho insólito. En una de las jaulas que enfrentaba a la entrada principal, donde habitualmente se podía ver a inquietos monos de larga cola prensil, se contemplaba ahora a un nuevo ejemplar, un ser humano: “el Hombre”. Obviamente, el asombro no tenía límites, más aun considerando que el personaje en cautiverio era mostrado de la misma forma que los demás animales. En el cartel identificatorio, similar al de las demás especies expuestas en el recinto del Parque Metropolitano, se leía: Nombre común: Hombre Nombre científico: Homo sapiens Hábitat: Todo el mundo
 La única diferencia era que este animal, al revés de los otros, no aparecía desnudo porque representaba al hombre en su condición de ser social. Por lo tanto vestía como un oficinista, terno y corbata, lentes oscuros, escritorio, “máquina de escribir”, maletín de ejecutivo y otros elementos característicos del entorno de trabajo de un hombre medio, urbano, de aquella época. ¿De qué se trataba? De una idea desarrollada en la redacción de un diario de Santiago, que tenía como propósito hacer pensar al público que los humanos tambien somos animales y que nos hemos arrogado injustamente el derecho de encerrar a las otras especies y hacer uso de ellas. Cómo se gestó la idea Llamé al Director del Zoológico y le expliqué que quería vivir esta experiencia. Él me invitó a conversarlo personalmente y luego aceptó, con la condición de que yo debía respetar todas las exigencias a que estaban sometidos los demás animales, desde la colocación del letrero hasta la exigencia de que yo estuviera encerrado con llave a partir de las 8.00 AM, y que me llevaran la comida dentro de un balde al igual que a los demás animales. Y dicho y hecho. Yo elegí la jaula que el domingo siguiente estaba limpia y lista para mi acción de protesta cultural. E, incluso, se me habilitó una pequeña letrina mediante biombos y una elemental bacinica. Para mí, que fui el hombre enjaulado, aún me resulta sorprendente haber podido protagonizar esa experiencia, que sobrepasó todo lo previsto y se constituyó en un referente para otras acciones de arte realizadas posteriormente, y es recordada hasta hoy como uno de los puntos más simbólicos de ese período en la vida cultural de Santiago. La ocurrencia congregó a lo más granado de los escritores e intelectuales: Nicanor Parra, quien el 5 de septiembre de este año, 2014, ha celebrado su cumpleaños número 100, además de Enrique Lihn, Eduardo Llanos, Jorge Montealegre, Pía Barros y muchos más, en una atmósfera que mezclaba la protesta en favor de los animales, con otras connotaciones vinculadas sin duda, y sin habérselo propuesto previamente, al restrictivo momento histórico que se vivía en el país. El hecho estuvo rodeado de muchos episodios asombrosos, de los cuales sólo mencionaré dos: El primero está relacionado con el poeta Enrique Lihn, quien llegó al zoológico, se plantó frente a mi encierro y se puso a gritar cosas como: - “El hombre es el único animal que usa lentes oscuros…” - “El hombre es el único animal que posa para las cámaras…” El otro se refiere al noticiario central de las 21:00 horas de Televisión Nacional -plena época del gobierno militar- que realizó un amplio reportaje a mi enjaulamiento presentado como la segunda noticia más importante del día. En la información se dijo que “el Zoológico de Santiago incluye desde hoy a un nuevo espécimen, el Hombre”. En la extensa nota que incluía “la performance” de Enrique Lihn, hubo también una interpretación del evento hecho por el sicólogo y poeta Eduardo Llanos que improvisó una supuesta explicación científica de la experiencia, y a Nicanor Parra, que apareció diciendo en cámara que se trataba de “un espejo de la realidad”. Pero lo increíble del caso es que TVN nunca aclaró a los televidentes que la incorporación de un Homo sapiens al Zoológico en forma permanente, como una nueva especie en exhibición, no era verdad. Hace pocos años, con motivo de la experiencia de una mujer en la “jaula de vidrio”, el noticiero de TVN recordó mi experiencia y la ilustró con algunas escenas de la nota original de 1984, pero la incógnita principal sigue siendo un misterio.
Homo Sapiens ¡Bienvenidos al Reino Animal!
------------------------------------- N. de la R. Agradecemos a Hernán Miranda por su buena disposición al prestar su imagen para esta secuencia.

Editorial Chile Real

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